El asesinato del general mayor iraní Qassem Soleimani en un bombardeo estadounidense en el aeropuerto de Bagdad (Irak) la semana pasada tendrá efectos negativos para el papel de Washington en el mundo y servirá de precedente para represalias similares contra funcionarios norteamericanos, al tiempo que es un ejemplo de la crisis en la política exterior de EE.UU., opina el exsenador demócrata y veterano militar Jim Webb.
En un artículo para The Washington Post, Webb se pregunta cómo puede ser aceptable asesinar a uno de los más altos cargos de un país con el que EE.UU. «formalmente no se encuentra en estado de guerra durante una visita publica a un tercer país que no se oponía a su presencia».
El político demócrata, que ocupó el cargo de secretario de la Armada entre 1987 y 1988, señala que los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán, una de cuyas fuerzas estaba encabezada por el asesinado militar iraní, fueron en abril pasado designados como una entidad terrorista de forma unilateral por el Departamento de Estado de EE.UU. pese a la oposición de la CIA y del Departamento de Defensa del país norteamericano.
Webb explica que los CGRI, que cuentan con unos 150.000 efectivos, forman parte de la estructura militar formal del Estado iraní, por lo que «no es legal ni lógicamente posible definir a una parte de un gobierno nacional como una organización terrorista internacional sin aplicar el término al gobierno entero».
Asimismo, comparó la situación actual con la guerra de Vietnam, de la cual es veterano. Durante aquella contienda, China, además de la Unión Soviética, suministraba armas, asesoría táctica y asistencia logística al comunista Vietnam del Norte, pero a pesar de ello EE.UU. «no asesinaba a sus líderes». «Luchamos la guerra que teníamos enfrente y creamos las condiciones para presionar agresivamente a China por medios diplomáticos, económicos y otros», indicó.
El experto criticó además la falta de sentido común en la política extranjera de su país, afectada por enfrentamientos partidistas, a la que considera como una fuente de «fracasos en Irak, Libia y Siria que han desestabilizando la región». Webb ve esta crisis no solamente en el Poder Ejecutivo, sino también en el Legislativo, dado que el Congreso debería haber autorizado formalmente el uso de fuerza contra el Gobierno iraní si se calificó de terrorista parte de su estructura.
«El fracaso del liderazgo congresista a la hora de tomar este tipo de decisiones es el ejemplo de por qué nuestra política exterior se ha vuelto tan militarizada», lamentó.
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