Se estima que al menos 1.250 millones de animales han muerto a causa de los incendios forestales de Australia y ahora el gobierno ha iniciado una operación enfocada en alimentar a los animales sobrevivientes a la catástrofe para que logren mantenerse con vida en un ecosistema donde la comida escasea. Papas y zanahorias han caído de los cielos, una lluvia de esperanza que ha proporcionando hasta 2.200 kgs de alimento que las distintas especies ya no consiguen en su hábitat natural.
Diario las Américas