El brote de la nueva cepa del coronavirus 2019-nCoV, que se originó en Wuhan (China) el pasado diciembre, continúa propagándose por el mundo, mientras que ha dejado al menos 259 muertes en ese país asiático. El listado de los países, donde fueron confirmados casos de infección, sigue ampliándose, y la gente trata de adoptar todas las medidas posibles para protegerse.
En ese contexto, cada día crece la demanda de mascarillas médicas que prometen garantizar una protección relativa contra los virus, pero ¿en qué medida ayudan en la lucha contra el peligroso brote?
En China, donde se encuentra el foco del coronavirus, la demanda de mascarillas se disparó significativamente tras el brote. Cao Jun, gerente general de la empresa china Lanhine, que produce las mascarillas, señaló a Reuters la semana pasada que sus clientes demandan 200 millones por día, mientras que antes del brote se necesitaban 400.000.
«Por lo que he oído, la escasez de mascarillas es mucho, mucho más grave de lo que sabe el público», afirmó, añadiendo que «casi todos los trabajadores hospitalarios en todo el país se enfrentan a una gran escasez de mascarillas, no solo en Wuhan». «Eso es muy terrible», dijo.
A raíz de esta situación, la compañía aumentó el número de trabajadores en una fábrica de la ciudad de Ningbó, al este del país, para producir la mayor cantidad posible. En el mismo sentido se expresó Hu Qinghui, subdirector general de CMmask, otro fabricante. «Nuestra producción está agotada ahora, pero hemos extendido nuestras horas de trabajo en 4 horas, de las 8 de la mañana a las 9 de la tarde», afirmó Hu Qinghui.
Una fábrica de máscaras en Tailandia amplió sus horas de trabajo para hacer frente al rápido aumento de la demanda por sus productos, ya que el temor al nuevo coronavirus se extiende por el mundo
No solo en China, sino en otros países ascendió la demanda de máscaras protectoras. En Amazon, numerosos modelos de mascarillas no están disponibles y en muchos casos se desconoce cuándo habrá existencias.
¿Qué mascarilla hay que elegir?
Para determinar su eficacia, hay que precisar que existen diferentes tipos de mascarillas, cada uno de los cuales proporciona distinto nivel de protección. Las más populares son las mascarillas quirúrgicas y los respiradores N95.
Las mascarillas quirúrgicas representan paños de tela que se sujetan a la cara mediante dos lazos o gomas y, como se desprende de su nombre, se elaboraron para el uso durante las intervenciones quirúrgicas. No son caras, se pueden comprar en casi cualquier farmacia y son fáciles de usar, por lo que son bastante populares en medio de cualquier brote y el del coronavirus no es una excepción.
Sin embargo, su tarea principal es proteger de que, cuando una persona enferma tose o estornuda, las partículas microscopias no lleguen a la boca o nariz de quien la porta. Estas máscaras no pueden garantizar que los virus transmitidos por el aire no lleguen al organismo.
De esta manera, mientras aún se desconoce el mecanismo exacto de transmisión del 2019-nCoV, no se puede decir que este medio protector sea seguro para evitar la infección. Al mismo tiempo, parte del aire penetra bajo la mascarilla a través de los huecos en los lados o por la parte superior.
Respiradores N95
Los respiradores N95 garantizan una mayor protección que las mascarillas quirúrgicas y de hecho pueden defender del 95% de las partículas en el aire. Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) recomiendan a los médicos usar especialmente este medio protector cuando estén en contacto con los infectados con el 2019-nCoV.