El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, partió este martes a EE.UU., en un viaje de trabajo que se extenderá hasta el próximo viernes 14 de febrero.
Según informó el propio mandatario en una conferencia de prensa este martes, la visita responde a una invitación hecha por su homólogo estadounidense, Donald Trump, con quien se reunirá el miércoles.
«La relación ecuatoriano-estadounidense se verá fortalecida en sus distintas facetas con la visita del Presidente de la República, casi 18 años desde el último encuentro entre mandatarios de ambos países en Washington», dice un comunicado de la Cancillería ecuatoriana.
De acuerdo a Moreno, en este viaje abordará con Trump tres temas: empleo y productividad, educación y seguridad.
En empleo y productividad, el mandatario comentó que solicitará que se rebajen las tasas de importación a varios productos ecuatorianos, que consideran altas, como el brócoli, flores y alcachofa, que se producen en la Sierra, así como «el atún de funda (bolsa)», que tiene alta productividad en la Costa.
De igual forma, Moreno tiene previsto abordar asuntos relacionados con infraestructura, transferencia de tecnología, energía e intercambio comercial. En cuanto al tema educativo, el mandatario suramericano dijo que procuraría incrementar el apoyo a profesores que enseñan inglés en el país, para que la plantilla pase de los 200 actuales, a 1.000.
Seguridad nacional y regional
Moreno adelantó que tratará con Trump lo concerniente a la «seguridad física de los ecuatorianos y sus bienes, el narcotráfico y la lucha contra la corrupción», mediante el intercambio de información, capacitación en inteligencia y dotación de equipos para combatir «contra las bandas organizadas», dijo.
En la misma línea, añadió que Ecuador actualmente recibe la ayuda de un avión estadounidense, que «permite detectar las naves que se encuentran llevando narcóticos».
Esa aeronave es el avión de reconocimiento estadounidense P-3, que generó una polémica el año pasado en el país suramericano, puesto que usa un aeropuerto de las islas Galápagos para aterrizar, zona que el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, catalogó, en junio de 2019, como un «portaaviones natural».
Este lunes, Jarrín, al informar sobre el viaje de Moreno a EE.UU., señaló que presentarán a Trump una propuesta sobre una «estrategia común de seguridad regional» para combatir al narcotráfico.
De acuerdo al ministro, Ecuador ha tomado la batuta en esa estrategia, que ha sido aceptada por sus homólogos de Colombia y Perú.
Otros asuntos
Moreno informó que, en este viaje, se encontrará con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro; y con el presidente del Banco Mundial (BM), David Malpass.
También, se reunirá con la comunidad de migrantes en EE.UU. Esa cita está prevista para el viernes en la tarde, el último día de su agenda en el país norteamericano.
Moreno, además, sostendrá reuniones con miembros del Congreso de EE.UU. y empresarios e inversionistas de ese país; en concreto, con representantes de las cámaras de comercio.
La estrecha relación del gobierno de Moreno con EE.UU.
Los vínculos de Ecuador con EE.UU. tomaron nuevo rumbo desde que Moreno asumió el poder, hace cerca de tres años. «Con mucha cordialidad, hemos retomado una relación que será beneficiosa en muchos ámbitos», dijo el mandatario suramericano tras recibir, en febrero de 2018, la visita del primer alto funcionario estadounidense, en esa oportunidad, del entonces subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Thomas A. Shannon.
Luego, llegaron las visitas a suelo quiteño del vicepresidente Mike Pence, en junio de 2018; la de Mike Pompeo, secretario de Estado, en julio de 2019; y, la más reciente, en enero pasado, la de Mauricio Claver-Carone, asistente adjunto del Presidente de los EE.UU. y director principal para Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional.
Pompeo, además, recibió en diciembre a los ministros de Relaciones Exteriores y Economía, José Valencia y Richard Martínez, respectivamente, en Washington. En esa oportunidad, el funcionario estadounidense manifestó su apoyo al Gobierno ecuatoriano por «implementar las reformas económicas necesarias», que causaron protestas dos meses antes en el país suramericano, dejando un saldo de más de una decena de muertos.
Por su parte, funcionarios del Comando Sur de EE.UU. han estado dos veces en Ecuador.
La primera visita fue en marzo de 2018, por parte de una misión integrada por el teniente general Joseph P. DiSalvo, subcomandante militar; y la embajadora Liliana Ayalde, asesora de Política Exterior del Comando Sur de EE.UU. En esa oportunidad, la Embajada de Washington en Quito informó que la reunión fue «para intercambiar ideas y reiterar su compromiso por impulsar su asociación» entre ambos países.
En abril del año pasado, estuvo el jefe del Comando Sur de EE.UU., Craig Faller. Durante su visita se anunció que Ecuador acogería los ejercicios navales Unitas, que realiza anualmente la Armada norteamericana, y que se desarrollarán en septiembre de 2020, con la participación de 15 países.
En mayo del año pasado, también estuvo en territorio ecuatoriano Mark Green, administrador de la agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés), organismo que había salido del país en 2013, luego que las autoridades lo acusaran de financiar a instituciones «disfrazadas de ONG (Organizaciones No Gubernamentales)». En la visita del año pasado, se anunció el retorno de sus operaciones en Quito.
Venezuela y Assange
Ecuador, además, se ha sumado a la línea de ataque que EE.UU. tiene sobre Venezuela. Desde Quito, al igual que Washington, han reconocido al diputado Juan Guaidó como el «presidente encargado» del país suramericano y desconocido al gobierno del mandatario Nicolás Maduro.
Además, han apoyado las decisiones contra Caracas, hechas tanto en las reuniones del Grupo de Lima, así como en la Organización de Estados Americanos (OEA), donde respaldaron la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) contra el país caribeño.
En esta cooperación ecuatoriana-estadounidense, también se ha incluido el tema del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien se encontraba asilado, desde 2012, en la Embajada de Ecuador en Londres.
En abril de 2019, Ecuador retiró el asilo al activista, lo que permitió su encarcelamiento en Reino Unido y su posible extradición a EE.UU., donde se le imputan 18 cargos criminales y podría ser condenado a 175 años de prisión.
Según el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Tortura, Nils Melzer, que ha tenido acceso a los documentos relacionados con este caso, el paso que dio Ecuador no fue fortuito.
«En 2017 en Ecuador asume un nuevo Gobierno. Por eso, el Congreso de los EE.UU. escribe una carta: Estaríamos encantados si los EE.UU. pudieran cooperar con Ecuador. Por supuesto, también hay mucho dinero involucrado. Pero hay un obstáculo: Julian Assange. Uno esta dispuesto a cooperar si Ecuador entrega Assange a los EE.UU.», dijo Melzer, en una entrevista que concedió al portal Republik.
Edgar Romero G.
RT