Un carguero con armamento procedente de Turquía fue bombardeado este martes en el puerto de Trípoli, la capital de Libia, por el Ejército Nacional Libio (ENL). Desde la fuerza comandada por el mariscal Jalifa Haftar ya han reinvindicado la autoría del ataque.
«El barco turco cargado con armamento y municiones que atracó esta mañana en el puerto de Trípoli fue destruido», declaró el servicio de prensa del ENL, citado por Al Arabiya.
Aparentemente, el cargamento destruido tenía como destino las fuerzas del Gobierno de Acuerdo Nacional, apoyado por Ankara.
El representante especial de la ONU para Libia, Ghassan Salamé, ha confirmado el bombardeo en el puerto de Trípoli y señaló, además, que el hecho se produjo en medio de incesantes violaciones al embargo a la importación de armas al país norteafricano y el transporte de combatientes extranjeros a territorio libio.
Este ataque coincide con el comienzo de la segunda serie de conversaciones de paz que se llevan a cabo bajo auspicio de la ONU en Ginebra, Suiza, cuyo objetivo inmediato es un alto el fuego ente las partes del conflicto libio.
La jornada anterior, Abdul Hadi Hweij, el ministro de Exteriores del Gobierno que responde al Parlamento libio aseguró que las acciones bélicas turcas en territorio de Libia constituyen una agresión y un intento de conquistar ese país norteafricano.
«No es una intromisión turca, sino una agresión; es un intento de una nueva conquista turca de Libia», declaró a la prensa el ministro durante su participación en la IX conferencia sobre Oriente Medio del foro internacional de debate Valdái, que se celebra estos días en Moscú.
El conflicto en Libia
Tras el derrocamiento de Muammar Gaddafi en 2012, Libia vive un prolongado periodo de turbulencia política y actualmente existe en ese país una dualidad de poderes.
El Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN), creado en 2015 como órgano de transición y respaldado por la ONU, tiene bajo su control Trípoli y partes del noroeste del país. En la mayor parte de Libia gobierna la Cámara de Representantes, con sede en Tobruk, que opera desde 2014 y es apoyada por el Ejército Nacional Libio (ENL) del mariscal Jalifa Haftar.
La situación se agravó en abril del 2019, cuando Haftar anunció el inicio de una ofensiva militar para tomar el control sobre Trípoli.
Apoyo de Turquía
A principios de enero el Parlamento de Turquía aprobó el envío de tropas a Libia para apoyar al Gobierno de Trípoli. A su vez, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan afirmó que sus militares están presentes en Libia pero no formarán la principal fuerza de combate en la operación planeada por Ankara.
«Diferentes unidades combatientes operarán en Libia, no son nuestros soldados. Pero nuestros soldados lo coordinarán todo», señaló el mandatario, indicando que las tropas tendrán como objetivo garantizar la supervivencia y la estabilidad del GAN.
Asimismo, ha afirmado que Turquía continuará utilizando todos sus medios diplomáticos y militares para asegurar la estabilidad al sur de sus fronteras.
Oro negro
Al mismo tiempo, Ergodan ha señalado que ya en este año Ankara empezará a otorgar licencias para la exploración y perforación en el este del Mediterráneo conforme a su acuerdo marítimo firmado con Trípoli el pasado mes de diciembre. El mandatario ha destacado que cualquier extracción de petróleo frente a las costas libias no es posible sin el permiso de los Gobiernos de ambos países.
El 13 de enero, la reunión entre los representantes de varias partes del conflicto armado en Libia se celebró en Moscú por iniciativa de Rusia y Turquía y resultó en la elaboración de un documento que ayudaría a especificar cuestiones vinculadas al alto al fuego en el país norteafricano. No obstante, el acuerdo no ha sido firmado por Haftar.
‘Misión de paz’
El 14 de enero, Erdogan amenazó con «dar una lección» al mariscal si este continúa «los ataques contra el Gobierno legítimo de Libia».
«Nuestros militares han sido enviados allí legalmente para formar» a las fuerzas del primer ministro libio Fayez al Sarraj. La misión de apoyo, afirma el mandatrio, se inscribe dentro de la resolución 2259 del Consejo de Seguridad de la ONU y «no es una cuestión de elección particular, sino un deber de todos los países».
Un amplio plan de arreglo del conflicto libio fue acordado por las partes beligerantes y varios mediadores en una conferencia internacional que se celebró en Berlín el pasado 19 de enero.
RT