La fotografía de una niña de unos 10 años sentada de costado, vestida con una diminuta falda ajustada y comiendo un helado en una posición cuanto menos sugerente, desató una fuerte polémica en Chile.
La imagen -que fue publicada en distintos puntos del país y que es parte de la campaña publicitaria de uniformes escolares de la marca chilena Monarch– ha sido cuestionada por «hipersexualizar» a una niña menor de edad.
El caso de Monarch no es aislado: luego del extenso debate en redes sociales, aparecieron varias fotografías publicitarias escolares de otras marcas, como Mota o C/Moran, que se estaban exhibiendo alrededor del país sudamericano y que también reflejan una suerte de erotización infantil.
Niñas exponiendo su ropa interior mientras miran a la cámara con las manos en las caderas o adolescentes que muestran sus piernas en posiciones sensuales (cuando en realidad lo que se busca es vender zapatos) son algunas de las imágenes que han estado en el centro de la polémica.
«No se debe tolerar»
Autoridades políticas y agrupaciones feministas salieron al paso de estas estrategias publicitarias, señalando que en muchas ocasiones se utiliza a las niñas como «objetos sexuales».
«No deben retratarse personas como objetos sexuales y en algunos casos como este, están en el límite», dijo la ministra subrogante del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, Carol Bown, a Radio Universo.
«Llama la atención que las compañías no se hayan dado cuenta», agregó.
Por su parte, la directora de la Defensoría de la Niñez de Chile, Patricia Muñoz, indicó que este tipo de publicidad «no se debe tolerar», para garantizar el resguardo efectivo del derecho de los niños, niñas y adolescentes involucrados en las campañas.
A su vez, el organismo liderado por Muñoz envió un reclamo al Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria (Conar) en contra de las marcas involucradas.
El debate también ha abierto la puerta a la discusión sobre cuán efectiva es la «autorregulación» de la industria del marketing.
Para algunos, como la diputada comunista Camila Vallejo, se hace cada vez más necesario el aprobar proyectos que resguarden de mejor manera a los niños.
La presión sobre las marcas ha crecido tanto en los últimos días, que incluso la empresa Monarch anunció que retirará la polémica fotografía de la niña de todos sus puntos de venta.
«En ningún caso el objetivo de dicha imagen fue provocar lo que se ha interpretado y lamentamos lo sucedido. No representa nuestro pensamiento como empresa y por lo mismo se están tomando las medidas inmediatas al respecto, partiendo por revisar los protocolos con las agencias involucradas», señalaron.
Lo mismo hizo la empresa C/Moran que se disculpó y retiró las fotografías.
«Pedofilia corporativa»
Más allá de la polémica en Chile, ¿a qué se refiere específicamente el concepto de la «hipersexualización» infantil?, ¿qué es lo que buscan las marcas con ello y cuáles pueden ser sus consecuencias?
En las últimas dos décadas, diversas instituciones a lo largo del mundo han abordado este tema intentando explicar cómo se ha convertido en una tendencia común en materiales publicitarios y de marketing.
El concepto -que se ha definido como la sexualización de las expresiones, posturas y vestimentas para hacer que un niño o niña parezca mayor de lo que realmente es- también ha sido calificado de «pedofilia corporativa».
Según la psicóloga infantil Susana Saravia, lo que buscan las marcas es «transmitir un carácter sexual a través de un comportamiento, una conducta o una actitud del niño que no es propio a su edad porque en realidad debería estar jugando o compartiendo con los amigos».
«Así, se le impone a los niños una sexualidad adulta que no es adecuada porque ellos no están preparados ni física ni emocionalmente para esto», le dice Saravia a BBC Mundo.
Las consecuencias pueden ser complejas, explica la psicóloga, pues al reforzarse el valor de lo físico, los niños pueden desarrollar trastornos alimenticios, como anorexia y bulimia, o inseguridades.
«Desde hace tiempo que los medios de comunicación y las redes sociales buscan trasmitir un estereotipo de belleza asociado al físico, a la delgadez y esa información llega a los adolescentes en un período en que están experimentando cambios físicos muy importantes», apunta.
En el caso de Chile, la psicóloga asegura que las mujeres son las más afectadas.
«Estamos en una sociedad que refuerza el valor de lo físico principalmente en las mujeres, el cómo se debe ser físicamente para ser exitosa. Parte de eso tiene relación con el estereotipo que se va construyendo socialmente», afirma.
Susana Saravia cree que es necesario que se regule la publicidad pues, con este polémico episodio, una vez más queda al descubierto que las marcas «utilizan la imagen de una niña para vender, ganar adeptos y atraer clientes» sin considerar los efectos negativos que esto puede traer en la población.
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