En una composición del salsero Willy Colón hallamos: «Las palabras son del aire y van al aire» extraído del poema RIMAS del poeta español Gustavo Adolfo Bécquer, también en la República Dominicana se suele decir: «Las palabras no rompen huesos»; en ambas declaraciones parece que se enseña, que las palabras se las lleva el viento, que no generan impacto, que no hay consecuencias por lo que decimos. Sin embargo, es de todos sabido que las palabras siempre surten efectos, que pueden ser negativos y también positivos. Por lo cual, todo lo que sale de nuestra boca tiene importancia. El mismo Señor dijo: «Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Mateo 12:36» o sea, que toda palabra que sale de nuestra boca cuenta, es importante, no se las lleva el viento.

Notemos en proverbios lo siguiente: «Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina. Proverbios 12:18» es decir, hay palabras que matan y hay palabras sanan. Hay palabras que alegran (Proverbios 12:25); hay palabras que generan paz, y otras que generan ira (Prov. 15:1).

Notemos también que no solo debemos tener cuidado con las palabras que se escogen para comunicarnos, sino también los ánimos y las formas que utilizamos para comunicarnos: «El hombre se alegra con la respuesta de su boca; y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es! Proverbios 15:23» «Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene. Proverbios 25:11»

En conclusión, jamás pensemos que las palabras se las lleva el viento, el efecto de las palabras tiende a ser perdurable en el tiempo y en el corazón de quien las recibe. Por tanto: «Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. Colosenses 4:6» Dios nos ayude.