El deseo de Kori Pacyniak de ser sacerdote comenzó en la niñez, pero tenía un problema: era una nena, lo que representaba un escollo insalvable, ya que la Iglesia católica solamente ordena hombres. Así se lo explicó su abuela cuando tenía ocho años, pero eso no le hizo cambiar de idea. «Quiero crecer para ser un niño», respondió.
Con el paso de los años, Pacyniak fue redescubriendo su género y a los 37 años, dentro del movimiento de las Sacerdotes Católicas Romanas, se convirtió el 1 de febrero pasado en la primera persona transexual no binaria en ser ordenada. Así llegó a ser pastor de la Comunidad Católica del Apóstol María Magdalena de San Diego (EE.UU.) que predica «una nueva forma de ser católico».
Sin embargo, esa Iglesia no es reconocida por la diócesis local y hasta el Vaticano excomulgó a varias de las mujeres que fueron ordenadas por ella, publicaron medios locales.
Tras la llegada de Pacyniak, todos debieron hacer una adaptación. Incluso Jane Via, fundadora de María Magdalena en 2005 y pastora emérita, de 73 años.
«Me cuesta referirme a Kori como ‘ellos'», dijo, agregando que nunca había utilizado la palabra «‘ellos’ para una sola persona». «Sé que Kori se frustra conmigo a veces», siguió.
La identificación ‘ellos’ responde a las personas que se perciben como no binarias, es decir, su género no es femenino ni masculino, por lo que no utilizan los pronombres él o ella y los reemplazan por otros que consideran más inclusivos
Un largo proceso
Nacida en Chicago y perteneciente a la comunidad polaca, su vocación sacerdotal se mantuvo a medida que pasaban los años, y mientras «otras personas querían ser presidente», Pacyniak cuenta que pretendía «derrocar al Vaticano» por sus posturas sobre la mujer y la sexualidad.
Una vez que se graduó de la universidad, se anotó en una maestría de la Escuela de Divinidad de Harvard. En ese entonces, se identificó como un hombre transgénero, pero eso tampoco fue satisfactorio. «Me di cuenta de que la caja era tan restrictiva como la de mujer. Ni la identificación de hombre ni de mujer me sirven», expresó.
Mientras tanto, buscaba un lugar para satisfacer su vocación religiosa y creyó que podía hallarlo en la Iglesia Episcopal, que ordena mujeres y tiene otra apertura en cuanto a la percepción sexual. «Pensé que podría ser mi iglesia de origen, pero soy demasiado católico para ser episcopal», comentó.
Tras finalizar sus estudios en Harvard e inscribirse en la Escuela de Teología de la Universidad de Boston, en 2016 se enteró de que María Magdalena necesitaba un pastor y que los candidatos no tenían que ser ordenados, por lo que en enero del año siguiente comenzó a servir en la comunidad, que debió adaptarse al carácter inclusivo que introdujo.
«Creemos que todas las mujeres y hombres son creados a imagen de Dios», decía una de las líneas de su liturgia, pero, según Pacyniak, «para la gente que no se identifica como mujeres u hombres, no funciona». Entonces, decidieron reescribirla: «Creemos que todas las personas de todos los géneros son creadas a la imagen de Dios».
El siguiente paso
Antes de ser pastor, en julio del año pasado fue ordenado diácono. Su trabajo continuó y el nuevo sacerdote ya tiene más objetivos: crear una «comunidad de apoyo espiritual» para personas trans y no binarias.
«Hagamos la tienda tan grande y abierta como podamos. Es una oportunidad continua. No te pongas demasiado cómodo; ten conversaciones con la gente de los márgenes», concluyó.
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