El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió este viernes a puerta cerrada para discutir el alto el fuego anunciado en la provincia siria de Idlib, un avance ante el que varios miembros, sobre todo las potencias occidentales, se mostraron escépticos.
La embajadora británica ante Naciones Unidas, Karen Pierce, consideró que el acuerdo alcanzado entre Rusia, aliada de Damasco, y Turquía, valedora de la oposición siria, es ‘potencialmente útil’, pero subrayó que es todavía una incógnita.
‘Hay muchas preguntas sobre cómo va a funcionar en la práctica, quién lo va a supervisar, qué pasa al oeste de Alepo y, sobre todo, si el Gobierno sirio lo ha aceptado y va a cumplir’, dijo Pierce a los periodistas.
En una línea similar, el representante alemán, Christoph Heusgen, dijo que su país está listo para apoyar el cese de hostilidades, pero recalcó que quiere ver cómo se desarrolla. ‘Necesitamos un alto el fuego que sea real’, dijo el diplomático.
Rusia, que solicitó la reunión para informar al resto de miembros sobre el pacto cerrado un día antes en Moscú, lamentó que el Consejo de Seguridad no pudiese emitir una declaración común dando la bienvenida al acuerdo, algo que su embajador, Vasili Nebenzia, atribuyó a la negativa de ‘una delegación’.
Según fuentes diplomáticas, Estados Unidos fue el país que se opuso a la propuesta rusa, que necesitaba un respaldo unánime.
Hasta ahora, el alto el fuego ha detenido la campaña de ataques aéreos del Gobierno sirio y sus aliados rusos, pero se han registrado aún algunos combates esporádicos.
Nebenzia, preguntado al respecto, confió en que esos focos puedan sofocarse pronto y defendió que, en general, la tregua se está respetando.
En todo caso, puntualizó, el acuerdo sigue permitiendo operaciones contra grupos terroristas, que según Damasco y Moscú son quienes dominan la mayor parte del territorio de Idlib, el último bastión rebelde.
Diario Libre