Uno de los mejores hábitos de salud que existen y que se relaciona con numerosos beneficios medicinales, es la buena costumbre de comer las porciones recomendadas por día de frutas y verduras. En el caso específico de las frutas es normal que su consumo de relacione con el desayuno, esto se debe a la creencia de iniciar el día con energía de calidad y una buena dosis de nutrientes; también son un alimento fresco y ligero que sin duda reconforta al organismo después del descanso.

Las frutas están compuestas entre un 80 y 90% en agua, entre un 5 y 18% en carbohidratos que son generalmente azúcares simples como la fructosa, la glucosa y la sacarosa, las cuales tienen la peculiaridad de ser azúcares de fácil digestión y absorción; por supuesto a esto se suma su contenido en fibra, vitaminas y minerales. A pesar de ser uno de los alimentos más indispensables en cualquier alimentación, en los últimos años se han desatado algunas dudas en torno al consumo de fruta como cena y así, estimular la pérdida de peso.

Según información revelada por la Organización Mundial de la Salud, se debe de procurar como mínimo el consumo de 3 porciones de fruta al día, aunque diversas instituciones y especialistas coinciden en que 5 porciones al día es lo óptimo. Las frutas son un verdadero tesoro nutricional que brinda un gran aporte en nutrientes, vitaminas y fibra, una de sus grandes genialidades se debe a su extraordinario valor antioxidante y su escaso aporte calórico, debido a esto son un alimento indispensable cuando se quiere perder peso.

Cuando hablamos de los horarios más recomendados para comer fruta, nutriólogos coinciden en los beneficios de consumir la fruta entre comidas, en gran parte por que es una buena manera de evitar como consecuencia un tránsito intestinal lento y cualquier fermentación.

Es importante tener en claro que las frutas son ricas en fructosa, un tipo de azúcar natural que el cuerpo convierte en glucosa (en forma de energía), sin embargo cuando no se consume o quema, el cuerpo tiende a acumularla en forma de grasa. Si bien el contenido en fructosa que brinda la fruta es bueno a cualquier hora, en gran parte por sus beneficios en el funcionamiento cerebral, el rendimiento físico y mental; existen algunos inconvenientes consumirla en la noche.

Cuando cenamos fruta, de manera automática estamos aumentando los niveles de azúcar en la sangre y esto se deriva en un mayor apetito, es bastante normal que termines comiendo más de lo esperado. Si nos basamos en la importancia que tienen las cenas ligeras y su directa relación con la pérdida de peso, si únicamente cenamos fruta (y no diariamente) puede ser una buena manera de empezar a cenar menos. Lo que es indispensable es lograr controlar la sensación que libera el cuerpo al pedir más azúcar; por lo que algunas buenas recomendaciones serían:

No mezclar frutas ácidas y dulces.
Procura integrar una porción de fruta como parte de la cena, una extraordinaria idea es contemplarlas como parte de una buena ensalada con vegetales y algo de proteína.
Evita mezclarlas con carbohidratos, ya que aumentarás el aporte en azúcares. Es mejor mezclarlas con verduras.
Existen frutas más recomendables para consumir por la noche, algunas buenas opciones a considerar son: melón, manzana, pera, sandía, kiwi, cítricos, piña fresas y frutos rojos. Se destacan por tener un mayor poder saciante, menos calorías y azúcares.

El Diario NY