Por:  doctor Sergio Solís Taveras   

Escritor analista y ambientalista

Podemos aegurar de manera categórica el gran compromiso de nuestro ciudadano presidente, su atención y concentración para con el cambio climático y sus efectos que amenazan al globo terráqueo, principalmente a los territorios insulares que es donde encaja República Dominicana.

El daño al medio ambiente y la destrucción de nuestros recursos naturales llama mucho la atención y debe ser tarea de primera línea o página principal de agendas gubernamentales su enfrentamiento.

Y es que las desaprensivos están a la orden del día a diestra y siniestra como depredadores inhumanos destructores del planeta.

El presidente Luis Abinader corona por etnia y convicción es un gran enamorado del cuidado y protección de nuestras Montañas valles, ríos riachuelos mares y océanos.

Sus padres ya ausentes terrenalmente nacieron en ese paraíso natural donde la vegetación y la tierra se enamoran en un matrimonio feliz, bendecido por el creador, me refiero pues a la ciudad corazón Santiago de los Caballeros y a la olímpica ciudad de la Vega.

No podemos permitir bajo ninguna circunstancia la agresión al útero que embaraza a nuestros ríos y sus cauces, a la vitalidad de nuestra flora y fauna.

Es de aquí que amar la lluvia o la claridad del sol es bendecir con amor las buenas intenciones para con el medio ambiente de nuestro presidente abinader.

El ministerio de medio ambiente y recursos naturales debe constituirse en el diamante que une y da brillo a esta gestión de grandes logros bajo la dirección del presidente abinader.

El nombramiento de sus integrantes o sea del ministerio de medio ambiente debe estar basado en el compromiso, la identificación, la vocación, talento y sensibilidad de los elegidos, los cuales deben ser seleccionados con la debida sabiduría y objetividad por el bienestar de la humanidad.